Siento no haber sido suficiente.
Suficientemente valiente, para decirte lo que
siento por ti; suficientemente feliz, para no agobiarte con mis
problemas; suficientemente parecida a ti, que no coincidimos ni en
opiniones ni en gustos aunque nos maten. Suficientemente nada.
Siento ser incapaz de pasar un día sin
hablar contigo. Siento que para ti eso no signifique nada.
Siento pensar que el color de tus ojos
son como un maldito océano, y siento ahogarme en ellos. Que te
prometo que lucho, pero termino rindiéndome, y hundiéndome. Todas.
Las. Malditas. Veces.
Siento que haya tantas cosas que no sé
de ti.
Siento no poder decirte tantas cosas,
como que Madrid temblaría bajo tus pies, porque eres revolución
pura. Que la Torre Eiffel se inclinaría ante ti y las luces de París
no serían nada comparadas con tu sonrisa. Que los mismísimos dioses
del Olimpo te tienen envidia. Todos ellos. Y que qué demonios sabrán
esos idiotas que se tiran de lo alto de un avión de emociones
fuertes si no han estado a centímetros de tu boca.
Maldito testarudo, que es imposible
ganar una discusión contigo. Que sacudes las jodidas paredes con tus
gritos y todos mis esquemas con tus argumentos. Siento quedarme
callada siempre y ponerte nervioso. Siento que soportes tan poco que
no me salgan las palabras porque sabes que tengo muchísimo que
decir.
Siento que los buenos momentos eclipsen
siempre los malos, a pesar de todo, y que sé que te gustaría
que fuera más fuerte y lo enviara todo a la mierda, pero sabes que
siempre busco el lado positivo de todo. Siento no poder decirte nunca
que no.
Siento eso, también. Lo del positivismo. Siento no poder ver las cosas como tu las ves, siento
que a mi no todo me parezca tan malo, ni blanco o negro. Lo siento,
pero alguno de los dos tiene que tener un poco de fe en el mundo. Y
tu no tienes ni un poquito. Así que me toca a mi.
Siento no poder hacerte cambiar de
opinión, siento no poder apartarte de tus ideas y siento no poder
demostrarte con hechos que a pesar de que el mundo es un desastre,
siempre habrá algo por lo que levantarse por las mañanas y seguir
adelante.
Siento que creas que tienes que
protegerme de todo. No hace falta, de verdad. Ya tienes bastante con
lo que te ha tocado. Ojalá supieras lo mucho que aguanto realmente.
Pero no me escuchas. Eso no es culpa mía.
Pero a pesar de todo, no siento
enamorarme de ti. Ni ahora ni en un millón de años. No diré que
eres mi mejor mitad, porque esa soy yo. Que a pesar de que te diga
tantísimas veces lo contrario, o que creas que soy la persona más
dependiente que has conocido, realmente no voy a dejar nunca que seas
más importante que yo para mí.
Pero me he enamorado de ti, y no es
algo que vaya a cambiar pronto, y no voy a pedirte perdón por eso.
Porque joder, si te vieras con mis ojos, lo entenderías todo. Porque
como no caer rendida ante las estrellas que tienes entre las pestañas
y los fragmentos de universo que se escapan cada vez que parpadeas.
No voy a pedir perdón por perder
ante algo contra lo que no puedo luchar.
No pediré perdón por perder ante ti.